La polémica norma de agrupar en tres en la industria de la telefonía celular
El mercado en debate
La discusión en el ámbito de las telecomunicaciones tiene raíces antiguas. Especialmente desde la irrupción disruptiva de WOM en 2015 para competir con los tres grandes operadores de ese momento: Entel, Movistar y Claro. No obstante, este tema solía tratarse en ámbitos más reservados, lejos de la atención pública.
Recientemente, la problemática resurgió con la situación casi de quiebra de WOM y la inesperada alianza entre Telefónica, propietaria de Movistar, y América Móvil, controladora de ClaroVTR, quienes están evaluando una posible adquisición de los activos de la empresa de logo morado.
En caso de concretarse esta operación, WOM sería dividida entre dos jugadores del mercado chileno, dejando nuevamente solo tres operadores en la industria de telefonía móvil local, tal como estaba hace nueve años.
Tras el anuncio de estas dos grandes compañías, el subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya, revivió la discusión que lleva una década en la opinión pública al afirmar que: “El tamaño de nuestro mercado podría hacer inviable la presencia de cuatro jugadores sólidos en esta industria”.
Además de Telefónica, ¿quién más ganará en el negocio?
Representantes de empresas del sector coinciden con la postura de Claudio Araya. Aseguran que, más allá de sus intereses comerciales, están convencidos de que el mercado no puede soportar más de tres actores. Esto se fundamenta en los resultados financieros reportados por las empresas y las medidas que han tomado para fortalecer su posición en el mercado.
Entel, por otro lado, es el único operador que muestra números positivos durante el 2024, lo que refuerza la teoría de que los mercados más estables se benefician con la presencia de un menor número de competidores.
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Retos por delante
El negocio de las telecomunicaciones requiere cada vez más recursos financieros para hacer frente a las crecientes demandas tecnológicas. Con la rapidez con la que evolucionan las tecnologías, como la 5G que, en pocos años, podría ser reemplazada por la 6G, las inversiones deben estar alineadas con estos avances constantes.
La consolidación del mercado se vuelve necesaria debido a que los costos de inversión son altos y necesitan ser absorbidos por actores con una base financiera sólida. Las economías de escala juegan un papel clave en este sentido, ya que permiten a los operadores enfrentar mejor los desafíos del mercado.
Además, la competencia entre muchos actores puede tener efectos negativos, como lo experimentaron otras empresas del sector ante la agresiva entrada de WOM en el mercado chileno. Este desequilibrio de precios y servicios demostró que mantener a cuatro operadores en un mercado relativamente pequeño como Chile puede resultar insostenible a largo plazo.
Reflexión final
El oligopolio en la industria de las telecomunicaciones plantea desafíos en la libre competencia. Casos anteriores en Chile han evidenciado vulneraciones a la competencia incluso con tres jugadores principales. Por tanto, la concentración de actores en este sector debe ser monitoreada de cerca por las autoridades y se deben establecer medidas adicionales para evitar prácticas anticompetitivas.
En consecuencia, la reducción del número de operadores, aunque pueda generar eficiencias en ciertos aspectos, también debe ser analizada en relación con la protección de la competencia y la transparencia del mercado. Solo así se podrá garantizar un entorno equitativo para los consumidores y un desarrollo sostenible de la industria de la telefonía celular.