Gonzalo Cordero y el Imperativo de Restablecer la Estabilidad y una Pizca de Pragmatismo para Afrontar la Inquietud
Gonzalo Cordero y la Importancia de Recuperar la Estabilidad Social
En ocasiones se menciona la existencia de una derecha centrada en lo económico, aparentemente indiferente al malestar de una gran parte de la población, hecho palpable en el reciente “estallido social”, reflejo de la división en dos realidades chilenas: una privilegiada, disfrutando los frutos del modelo, y otra que aguarda en la frustración. A dos años de haber rechazado la propuesta constitucional de los partidos en el poder, resurge el discurso que señala que “las causas del malestar persisten”.
La implicación es clara: se nos exige aprobar las reformas deseadas o, de lo contrario, la oposición recurrirá nuevamente a la violencia. La fórmula es clara: reformas y reelección. De lo contrario, confrontación.
Cuando se habla de una “derecha centrada en lo económico”, uno se siente interpelado; aunque la descripción parezca extraña, implica acusar a alguien de creer demasiado en la racionalidad económica o ser extremista, simplemente por considerar que los recursos son limitados y las necesidades múltiples. Desde un punto de vista ajeno a la economía, afirmar que los países deben generar riqueza para combatir la pobreza cambia la percepción.
¿Persiste el malestar y sus causas? Es un hecho. Además, tanto el malestar como sus raíces están en aumento. Si analizamos el crecimiento económico durante cada gobierno desde Aylwin hasta Piñera I, el promedio por período es del cinco punto tres. Para el presente período, el Banco Central proyecta alrededor de un dos por ciento para la próxima década.
Otras Perspectivas sobre el Descontento Social
A juicio de quienes se consideran adeptos a la economía, el país se ha estancado, la clase media ha dejado de progresar y la pobreza podría estar resurgiendo. La crisis en el sistema de Isapres y el incremento de personas en Fonasa evidencian problemas en el sistema de salud. La educación pública se resume en la realidad del Instituto Nacional.
El crimen organizado está en aumento, con el sicariato como único empleo en constante crecimiento. La informalidad laboral es común, y la falta de inversión, junto con la proliferación de inmigración ilegal, agrava la situación. La solución propuesta para mejorar las pensiones implica desviar parte de la cotización de los trabajadores hacia fondos administrados por políticos.
Ante esta compleja realidad, es normal surgir malestar, frustración e indignación. Sin embargo, la solución no radica en respaldar las supuestas bondades del pasado reciente o abrazar una Constitución utópica. Recobrar la estabilidad y un enfoque pragmático es esencial para abordar el descontento actual.
Por Gonzalo Cordero, abogado
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.