Aniversario del triunfo en el plebiscito y su impacto en el primer año de gobierno
Reflexiones sobre el aniversario del éxito en la consulta popular y su impacto en el primer año de gestión
A lo largo del tiempo, el representante del partido Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, manifiesta que “las circunstancias nos han dado la verdad” al recordar los acontecimientos del 4 de septiembre de 2022. Esa amplia derrota de aquellos que, incluyéndolo a él, abogaban por la aprobación del proyecto de nueva Constitución elaborado por la Convención Constitucional.
¿Qué reflexiones emergen dos años después del triunfo del “Rechazo”?
Esta fecha es significativa, el progresismo experimentó una derrota importante donde se manifiesta una suerte de espíritu nacional de continuidad histórica. Los cambios propuestos por ese proyecto constitucional fueron considerados excesivos o inapropiados por una parte importante de la población chilena, siendo el “Rechazo” el vencedor y ocasionando una derrota de envergadura al campo progresista.
¿En qué aspectos se materializó esa derrota?
La derrota radica esencialmente en ciertos puntos del proyecto constituyente percibidos como excesivos por la mayoría de los chilenos. Por ejemplo, ciertas demandas de los pueblos originarios, la cuestión de la discrecionalidad en el tema del aborto, aspectos relacionados con la defensa de valores religiosos, así como la posible precarización del derecho de propiedad, la desaparición del Senado y otros temas.
¿Sigue afectando esta derrota al progresismo?
En cierto modo se ha superado. El segundo proceso constituyente, que también resultó en una derrota para aquellos con dominio sobre los constituyentes, generó cierto equilibrio, siendo dos procesos fallidos.
Pero el gobierno se alineó con el “Apruebo”…
Nosotros, como Federación Regionalista Verde Social, bajo el liderazgo de la presidenta Flavia Torrealba, planteamos oportunamente dentro del gobierno la importancia de no atar el destino político al proceso constituyente. Hicimos esta propuesta de manera formal, considerando que era inadecuado y arriesgado. Lamentablemente, no fue escuchada y, evidentemente, el primer año de gobierno se vio afectado por las consecuencias de esa derrota. Sin embargo, considero que el Presidente Boric ha demostrado ser lo suficientemente hábil y receptivo para ajustar aspectos clave de su programa.
¿Se agota la posibilidad de un tercer proceso constituyente?
Incluso con la Constitución actual, se pueden implementar cambios significativos si se cuentan con las mayorías parlamentarias habituales.
¿Se asemeja esto a la premisa de “rechazar para reformar” planteada en 2022?
No lo veo necesariamente de esa manera. Usted lo enfoca desde el primer proceso, mientras que yo lo abordo desde el segundo. Incluso con la Constitución vigente, se pueden realizar modificaciones profundas a través de la vía legislativa de diversas formas para buscar una mayor equidad social. No obstante, se requieren las mayorías parlamentarias.
El primer proceso constituyente surgió del acuerdo del 15 de noviembre de 2019. ¿Participó en las negociaciones pero no firmó…
Decidimos no suscribir dicho acuerdo, y en su momento dimos a conocer las razones, ya que consideramos que toda la movilización emprendida por el pueblo chileno a partir del 18 de octubre, con la sola iniciación del proceso constituyente, no garantizaba un cambio sustancial. Creemos que, en última instancia, el tiempo nos dio la razón. El 15 de noviembre detuvo la movilización.
¿Podría surgir una nueva ola de protestas si las demandas no se atienden?
Es algo en lo que uno normalmente reflexiona. Lamentablemente, hasta el momento, los avances en términos de lo que podríamos llamar justicia social, en un sentido amplio, han sido mínimos. Los esfuerzos del gobierno, por ejemplo, en el ámbito de las pensiones y la salud, han encontrado resistencia principalmente de la derecha y de las asociaciones empresariales o de AFP, que se oponen a cambios evidentes y absolutamente necesarios. Creo que en un futuro podría haber otra ola de protestas si no se reconocen la necesidad de cambios sustanciales en este país.
¿Su sector enfrenta el desafío de reivindicar lo sucedido?
Creo que el campo progresista, por su parte, también ha fallado en generar los acuerdos necesarios para recibir un mayor respaldo ciudadano. Esto se hizo evidente en el proceso electoral y en la última elección del Congreso, donde no se logró obtener una mayoría clara. Esto pone de manifiesto que también hemos cometido errores y carecemos de la capacidad para convocar a una mayoría lo suficientemente significativa.
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