Indicadores evidentes sobre el gobierno de Maduro
Hace una semana que se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela, y con el paso de los días han aumentado las voces que acusan al gobierno de Nicolás Maduro de haber manipulado un colosal fraude para asegurar su reelección, ya que todas las encuestas previas mostraban una clara ventaja para el candidato opositor.
En lugar de intentar calmar a la población, el gobierno ha intensificado en los últimos días una violenta represión contra los manifestantes -ya hay varios muertos y numerosas personas detenidas por las fuerzas de seguridad-. Además, ha comenzado una persecución abierta contra los principales líderes opositores, demandando su encarcelamiento. No satisfecho con eso, expulsó a todo el personal diplomático de siete países de la región -incluido Chile-, y el cierre de los consulados ha empeorado la situación de los millones de venezolanos que han huido del país. A esto se suma el acoso a los medios de comunicación y periodistas. Todas estas acciones muestran el verdadero rostro dictatorial del régimen de Maduro y su intención de perpetuarse en el poder a cualquier costo.
Ante estas circunstancias, es innegable que la postura del Presidente Gabriel Boric ha sido clara y firme a nivel regional. Tan pronto se conocieron los resultados proporcionados por el ente electoral venezolano, manifestó que era difícil creer en esa información e instó a una verificación independiente de las actas electorales, posición que ha sido asumida por varios gobiernos. Después fue aún más enfático al declarar que nuestro país se abstendría de reconocer los resultados mientras no se realizara dicha verificación.
La posición temprana del Presidente ha sido consistente con su visión de defensa irrestricta de la democracia y los derechos humanos, sin importar el contexto. Además, es relevante que haya hablado sobre el maltrato a un equipo periodístico de TVN, que fue deportado por el régimen venezolano, afirmando que “quien impide a medios serios y profesionales informar sobre la realidad, solo demuestra miedo”.
Contrastes en el Gobierno
La claridad de la postura del Presidente frente al caso venezolano contrasta notablemente con la actitud del Partido Comunista, que institucionalmente brindó un apoyo sutil a Maduro -su comunicado oficial indicó que “tenemos la certeza de que la institucionalidad electoral de Venezuela transparentará los mecanismos y procedimientos que validan el mencionado proceso”, algo diferente de lo declarado por el PC de Venezuela, que denunció que se está desconociendo la voluntad de cambio-. Sin embargo, fueron sobre todo algunos de sus dirigentes del “ala tradicional” los que salieron a respaldar firmemente estas elecciones. El líder del partido reconoció el triunfo sin esperar la revisión de las actas, lo que ha generado importantes tensiones con miembros del Socialismo Democrático.
Estas diferencias se tradujeron en que los senadores Ricardo Lagos Weber, Juan Luis Castro y el diputado Vlado Mirosevic criticaran duramente al PC por su postura, algunos incluso manifestando su incomodidad de seguir en alianza con dicho partido. A nivel de gabinete, las diferencias también se hicieron evidentes, con el ministro de Vivienda, Carlos Montes, señalando que “cuesta entender la posición del PC”. El histórico dirigente de dicho partido, Juan Andrés Lagos, puso en duda la continuidad de los comunistas en la alianza de gobierno, declaraciones que han motivado emplazamientos de distintas figuras del oficialismo para que el PC aclare el sentido de sus dichos. El presidente de la colectividad tuvo que salir al paso, declarando que el partido “tiene una activa pertenencia al gobierno que encabeza el Presidente Boric”.
Internas del Partido Comunista
Es evidente que el “ala tradicional” del PC ha adoptado, en varias materias, posturas completamente distintas a las del gobierno -eso es evidente, por ejemplo, en la agenda de seguridad-, y aunque la tienda comunista nunca ha ocultado su apoyo a regímenes como el nicaragüense o el venezolano, sin duda se ha cruzado un límite al ignorar descaradamente la voluntad popular y las graves violaciones a los derechos humanos. Con ello, el PC simplemente está demostrando que carece de verdaderas convicciones democráticas, y no está claro hasta dónde estas divergencias podrán ser contenidas dentro de la propia coalición gobernante.
A pesar de todo, dentro del propio PC hay figuras que han sabido distanciarse de lo que ocurre en Venezuela. Los propios ministros del gabinete parecen incómodos con la línea del partido, pero sin duda llamó la atención la actitud de la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola, quien inesperadamente votó a favor de que se leyera en sala un fuerte texto de la UDI, a pesar de la resistencia de sus colegas comunistas. Tanto ella, como el Presidente Boric, supieron estar a la altura, enviando una valiosa señal institucional, ayudando a aislar aquellas visiones que siguen defendiendo actos en contra de los principios democráticos más elementales y la violación de los derechos humanos.