Cristóbal Osorio y los secretos detrás de la candidatura de Matthei
A pesar de que falta más de un año para las elecciones presidenciales, la competencia ya está en marcha, y dentro de la oposición, Evelyn Matthei lleva la delantera. Encuestas, características personales y políticas, así como el uso efectivo de las redes sociales, la convierten en una candidata que combina adecuadamente tradición e innovación.
Sin embargo, Matthei deberá superar cuatro obstáculos para poder ceñirse la banda tricolor, los cuales, con el tiempo, podrían convertirse en trampas con cocodrilos. Por ello, es fundamental que los supere rápidamente.
Desafíos Políticos para Matthei
El primer obstáculo es su afiliación política, la UDI, partido que legalmente debe nominarla para que pueda presentarse en las primarias o en la primera vuelta. Matthei es miembro del partido desde 1999, cuando ingresó tras un largo período en el desierto debido al desafortunado incidente de la Radio Kioto (1993), que rompió la ‘Patrulla Juvenil’ de RN.
No obstante, su perfil más liberal y su independencia respecto a quienes apoyan el legado de Jaime Guzmán, la convierten en una figura atípica dentro de la UDI, lo que genera desconfianza y pocas lealtades. Por esta razón, cedió su opción presidencial en 2021 a Joaquín Lavín, pero no antes de declarar, “nuestro sector necesita modernizarse con nuevos rostros e incluir a personas independientes”, lo cual resultó ser profético, ya que Sebastián Sichel terminó hundiendo al lavinismo. Además, dentro de su partido hay varios que prefieren a José Antonio Kast, quien dejó el partido en 2016, pero cuyo ADN es más UDI que el de Matthei.
Consolidación de la Coalición
El segundo obstáculo es evitar la ‘balcanización’ del sector en la elección del candidato. Así, deberá formar una coalición con los herederos del gremialismo y el viejo Partido Nacional, pero también sabiendo interpretar las tendencias de las nuevas derechas como Republicanos, Sociales Cristianos, Evópoli, PDG e independientes. Escapar de la tendencia fratricida del sector no será sencillo, ya que muchos creen que el sector (la derecha) ganará independientemente del candidato, convirtiéndola en un blanco atractivo.
Hoy en día, Matthei cuenta con el respaldo suficiente para manejar esa ‘fuerza instintiva’, ya que su electorado parece responder a algo más que su afiliación política. En efecto, parece representar experiencia, autonomía, flexibilidad, carisma y competencia para traer orden y armonía a la política. Así, es la única de su sector que podría intentar integrar al centro en su gobierno, siempre y cuando negocie mínimos modernizadores y de equidad, y se distancie de Republicanos.
Influencia del Piñerismo
El tercer obstáculo está relacionado con el piñerismo, que puede contribuir o no a la ‘balcanización’ de la derecha. Aunque esta facción ha dado señales de avalar a Matthei, es probable que negocien desde una posición audaz y de fuerza -como solía hacer el propio Piñera- utilizando la carta del legado del ex Presidente, sin el cual todo se complica para la candidata. Aquí, el riesgo está en el grado de cooptación que Matthei pueda tolerar, su manejo respecto a la derecha económica en general, y la credibilidad de su compromiso en avanzar en políticas sociales y regulatorias.
Si todo marcha bien, Matthei alcanzará el porte presidencial, pero también la posicionará dentro de la política tradicional, lo cual es el cuarto obstáculo. Así, a última hora, un candidato externo podría superarla en los metros finales; el mismo espectro que señalamos predijo a Lavín, o la propia Michelle Bachelet, que ya lo hizo en 2013.
Por Cristóbal Osorio, abogado.