Análisis sobre la democracia y la independencia
La Libertad Individual y sus Consecuencias
Actualmente, observamos una defensa de la independencia en la voluntad de las personas, lo cual revela una pérdida del verdadero significado de la libertad. Ésta, entendida como un propósito en sí misma, fomenta condiciones que llevan a la decadencia moral y social, y como consecuencia, la corrupción de las democracias liberales. La ausencia de normas se ha extendido como una enfermedad entre las personas, quienes tienden a justificar intereses personales por encima del bien común.
Además, dicha independencia ha sido fundamental para la eliminación de la esclavitud y ha permitido a las mujeres obtener derechos y responsabilidades en la sociedad. Sin embargo, el ideal de una libertad sin restricciones y responsabilidades amenaza la dignidad humana. Esto crea un vacío en el respeto por la ley y una incapacidad para respetar nuestras diferencias políticas y sociales, priorizando el interés egoísta.
El Ascenso del Populismo y la Polarización
Esta libertad sin responsabilidad sustenta el populismo y la polarización actuales, ya que se desprecia la razón. Sin razón, no hay moral ni Estado de Derecho, reemplazados por la demagogia y la manipulación emocional. Empresas multinacionales, industrias de defensa y el crimen organizado capturan la voluntad de los individuos para sus propios intereses, desvinculándolos del bien común.
En un contexto así, las democracias se convierten en un mero juego de intereses de grupos que solo responden a sus propias conciencias, siendo imposible distinguir entre lo justo y lo injusto.
Libertad Aparentemente ilimitada
Vemos cómo esta falsa libertad se manifiesta en diversos modos, desde el fraude electoral en Venezuela hasta las democracias del primer mundo que priorizan intereses geopolíticos, validando conflictos en el Medio Oriente y desestimando cualquier tipo de negociación frente a Rusia. El mundo está sumido en conflictos, caracterizando el fin de la era en que la dignidad humana era promovida.
Este sistema donde “todo vale” comienza a ser sinónimo de democracias vacías de contenido, mientras los grupos de interés justifican sus acciones solo ante ellos mismos.