Reflexión de Juan Ignacio Brito: ¿Controla realmente su cuerpo?

Reflexión de Juan Ignacio Brito: ¿Controla realmente su cuerpo?

El horrible incidente de las agresiones hacia Fabiola Yáñez, ex pareja del presidente argentino Alberto Fernández, no solo ha revelado la violencia que sufrió la antigua primera dama, sino también una serie de hipocresías en torno al movimiento feminista.

Es una irónica y cruel paradoja que el mandatario, quien hace algunos años se autoproclamaba como “el primer presidente feminista de Argentina”, haya terminado simbolizando el abuso físico y emocional contra las mujeres. En público, Fernández se presentaba como un defensor de la igualdad de género y promotor del feminismo, creador del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y promotor de la legalización del aborto en 2020. Sin embargo, en privado, la situación era completamente diferente.

La contradicción es evidente, dura y dolorosa. También es impactante que al inicio de la relación entre ambos, después de que Yáñez quedara embarazada por primera vez en 2016, Fernández la alentara a abortar, en un episodio de “violencia reproductiva” que fue narrado por Yáñez en su declaración judicial el martes. Ella estaba feliz con la noticia, pero él no lo estaba. Según la ex primera dama, él exigió poner fin al embarazo: “Hay que resolverlo; tienes que abortar”. Presionada y humillada, ella terminó obedeciendo y, así, una vida que no llegó a conocer el mundo se convirtió en otra víctima silenciosa de esta historia atroz.

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El relato de Yáñez refuta uno de los argumentos más comunes entre los defensores del aborto: que las mujeres son dueñas de su cuerpo, que pueden decidir sobre él y que ningún hombre puede imponerles su decisión. Claramente, este no fue el caso.

Preguntas incómodas

Es inevitable preguntarse cuántos casos más como este habrá. Si una profesional con vasta experiencia en comunicaciones, actriz, presidenta honoraria de la Fundación Banco Nación y periodista especializada en temas de sexualidad sufrió este tipo de presiones, ¿qué pasará con muchas otras mujeres mucho más vulnerables?

Estas preguntas incómodas apuntan a la realidad tangible y no a teorías ideológicas. En la práctica, las cosas son como son, no como las describen algunos teóricos con intereses propios. La incoherencia de muchas feministas, que priorizan su causa sobre las víctimas reales, queda expuesta en esta situación.

Respuesta gubernamental

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Yáñez pidió ayuda al Ministerio de la Mujer argentino, pero fue ignorada por razones políticas. En Chile, estamos observando una conducta similar en un contexto diferente, con la exoneración de una funcionaria regional del Ministerio de la Mujer. A veces, la cercanía ideológica y la conveniencia política pesan más que la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Es fundamental que las autoridades actúen de manera consistente y prioricen la defensa de las víctimas reales por encima de cualquier agenda política o ideológica.

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Por Juan Ignacio Brito, periodista

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