Opinión de Richard Weber: ¿Inteligencia en seguridad o inteligencia artificial?
Diariamente nos encontramos con noticias sobre actividades delictivas en el país: robos, secuestros, asesinatos, lavado de dinero y otros crímenes. Esta situación ha generado preocupación en todos los sectores políticos y entre los ciudadanos debido al auge e intensificación de los delitos, que han adoptado formas nuevas y perturbadoras en Chile en los últimos años. Incluso un actor no directamente involucrado en este fenómeno, como es la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), ha sugerido al gobierno iniciativas para combatir el crimen organizado con el objetivo de promover un “crecimiento económico inclusivo y sostenible” para la nación.
Entonces nos planteamos, ¿cómo se puede mejorar la seguridad de los ciudadanos chilenos de manera rápida y duradera? Contratar más personal es una solución costosa y lenta, que además requiere capacitación y solo aborda los síntomas, no las causas. Los planes que concentran los esfuerzos en ciertas comunas generan una sensación momentánea de mejora, pero no parecen ser efectivos a largo plazo. Existe una importante limitación en la disponibilidad de recursos humanos: por un lado, conlleva una redistribución del personal ya escaso, y por otro, no logra evitar el desplazamiento del crimen hacia comunas no vigiladas, resultando en una “seguridad aparente”.
La Tecnología como Aliada en la Seguridad
Por ello, sería más beneficioso contar con una seguridad basada en inteligencia. Esto implica la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) en etapas críticas, tal como lo sugiere la Fundación Paz Ciudadana. Este enfoque incluye desde la prevención inicial, pasando por la prevención situacional y disuasoria, la persecución del crimen, y culminando en la condena y eventual reinserción.
¡Es posible! La tecnología está a nuestro alcance y ya hemos demostrado su eficacia en varias de estas etapas. ¿Qué nos falta entonces?
Primero, es esencial avanzar con decisión y expandir a nivel nacional los sistemas que ya hemos implementado exitosamente. Un ejemplo son los modelos de lenguaje de gran tamaño (Large Language Models, LLM), que pueden reducir hasta en un 90% el tiempo necesario para preparar la litigación de un caso, manteniendo la misma calidad de trabajo que un humano. Asimismo, la clasificación automatizada de cientos de documentos mediante redes neuronales simplifica enormemente su posterior análisis. ¿Cuántos documentos genera diariamente el sistema judicial esperando ser revisados de manera eficiente por la IA? Adicionalmente, analizamos redes criminales con modelos de optimización avanzados, identificando sospechosos y su participación en el crimen organizado.
Desafíos y Consideraciones
Desde luego, estas ventajas no están exentas de desafíos no técnicos y merecen nuestra atención. Somos conscientes de esto. En cualquier aplicación de IA, es fundamental respetar aspectos regulatorios, éticos y los posibles sesgos. En este sentido, la ley que regulará los sistemas de IA, cuyo proyecto fue presentado en mayo de este año en la Cámara de Diputados, es un paso crucial en esta dirección.
Segundo, es vital mejorar la integración y coordinación entre los actores relevantes del sector público, privado y académico. Si el crimen es organizado, la respuesta no puede ser desorganizada. No debe repetirse lo observado en los últimos años, con una coordinación deficiente entre los diversos organismos encargados de la seguridad ciudadana, una realidad incómoda que prefiero no profundizar aquí.
La Importancia de la Cooperación Internacional
Y en tercer lugar, es imperativo avanzar hacia una colaboración internacional. Si el crimen organizado opera a nivel internacional, así debe ser su combate. Chile puede asumir un rol protagónico en diferentes foros internacionales (como Interpol y AIAMP, entre otros), con el objetivo de promover una mayor cooperación e intercambio de datos e información.
Con estos tres pasos podremos ofrecer una respuesta más inteligente que artificial al desafío que nos preocupa a todos los habitantes de este país.
Por Richard Weber, académico de Ingeniería Industrial, U. de Chile, e investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI)