Opinión de Cristián Valenzuela: el amor llegó a su fin
De acuerdo con los neurólogos, el amor tiene una duración de entre un año y medio a dos. No obstante, todo cambia dependiendo de las personas involucradas, las dinámicas que se siguen y los inconvenientes que surgen. En el caso del Servicio Nacional de la Mujer y la recién designada directora regional de Los Ríos, Isabel Amor, el enamoramiento no llegó ni a las 48 horas.
Tras un largo y complejo proceso de selección, que incluyó consultoras, múltiples entrevistas y revisión de perfiles, donde finalmente la directora del Servicio tomó la decisión final, Isabel Amor fue escogida como Directora del Servicio en la región de Los Ríos. Comenzó su labor el jueves 1 de agosto y fue desvinculada el lunes siguiente.
En un principio, se mencionó que se trató de una pérdida de confianza. Luego, se aseguró que el motivo era que ella había escondido información. Más tarde, se añadió que el problema era una entrevista desfavorable que iba a publicarse. Finalmente, se afirmó que la entrevista había sido “editada a conveniencia” y que no era la razón principal del conflicto.
La Ministra Orellana argumentó que la culpa era de Amor por haber minimizado la situación de su padre en el borrador de la entrevista que el servicio revisó. Además, cargó la responsabilidad al medio por editar dicha entrevista y difundir una versión supuestamente distorsionada. Finalmente, la Ministra Orellana amenazó con revelar en juicio todos los antecedentes que, según ella, demostraban la confusión de Amor.
La controversia tras la destitución de Isabel Amor
¿Cuál fue la verdadera razón para despedir a Isabel Amor? Básicamente, porque el padre de Isabel Amor fue condenado como cómplice en una causa de derechos humanos, y eso es inaceptable para este gobierno, en esta área representada por la directora del servicio y la Ministra de la Mujer y Equidad de Género. Se anticiparon a un posible escándalo que podría surgir de la entrevista, temiendo críticas desde el ala izquierda que cuestionarían al gobierno por contratar a la hija de un criminal condenado.
Han pasado casi 10 días y ni el servicio, ni el Ministerio, ni el gobierno han podido ofrecer una narrativa coherente y clara de los eventos que llevaron a este despido que parece claramente injusto. El mismo gobierno que se enorgullecía de ser feminista, de respetar los derechos laborales y de defender los derechos humanos a ultranza, ha utilizado todas sus plataformas y vocerías para cuestionar y humillar públicamente a una exfuncionaria, exacerbando el daño personal, profesional y patrimonial que le significó asumir el cargo de directora regional, luego de haber cumplido con todas las etapas y requisitos de selección.
Legalmente, es probable que la justicia valide la decisión administrativa y la exfuncionaria Amor no tenga forma de impugnar la decisión del servicio de desvincularla por algún tecnicismo jurídico.
Ética y comunicacionalmente, así como en términos de sentido común, la decisión es absurda, arbitraria y altamente cuestionable. Ni la estricta Ley Karin justificará la postura que ha mantenido el Ministerio al “interpretar” las palabras de Amor o intentar “explicar” lo que ella quiso decir. Ni qué decir de la ley Zamudio y cómo se establece un claro acto de discriminación en el despido injustificado de esta funcionaria.
Reflexión final sobre el conflicto
¿Qué pensará el Presidente de la República? ¿Estará dispuesto a intervenir en un conflicto que involucra a una de sus Ministras más cercanas y donde evidentemente fallaron todos los asesores y controles en esta crisis? Más vale tarde que nunca. Como dice Heumer, el amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero, porque el otro puede matarte.