Artículo de opinión acerca de cambios en política por Karin Moore
Artículo de opinión acerca de la situación política en Chile
La crisis política que atraviesa Chile es sumamente preocupante. Recientemente, la Ministra del Interior, Carolina Tohá, alertó sobre la urgencia de realizar cambios en el sistema político, advirtiendo que de no actuarse de inmediato, el país podría perder la oportunidad de llevar a cabo las reformas necesarias. Estas declaraciones no pueden subestimarse.
La división en el Congreso, resultado directo de la reforma electoral de 2015 que eliminó el sistema binominal, ha generado una débil gobernabilidad y un Parlamento en el que más de 20 partidos y alrededor de 40 parlamentarios independientes dificultan la formación de mayorías estables.
A pesar de que el sistema electoral proporcional buscaba ampliar la representatividad, ha provocado un efecto contrario: una fragmentación política que obstaculiza la toma de decisiones y bloquea las reformas esenciales que Chile requiere. Esta situación ha sumido al país en una parálisis institucional, donde el Estado no logra responder eficazmente a las demandas sociales más apremiantes, provocando la pérdida de confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
La propuesta de la comisión de expertos, surgida del último proceso constitucional, plantea un camino para corregir estas deficiencias. La implementación de un umbral mínimo de votos para acceder al Congreso y la aplicación de normas antideserción son medidas cruciales para reducir la fragmentación y fortalecer la disciplina partidaria. Sin embargo, estas propuestas por sí solas no son suficientes. El sistema político debe evolucionar hacia un modelo que combine representatividad y gobernabilidad, incentivando la formación de mayorías parlamentarias y fortaleciendo a los partidos como fundamentos de la democracia.
Reducir el tamaño de los distritos y fomentar una mayor cohesión partidaria son pasos fundamentales para evitar que el próximo Congreso esté aún más fragmentado. Solo de esta manera será factible alcanzar acuerdos legislativos y avanzar en reformas cruciales para Chile, como la mejora en pensiones, salud y educación.
Un paso esencial hacia la estabilidad política
Además del aspecto electoral, resulta imprescindible mejorar la colaboración entre el Ejecutivo y el Legislativo. La carencia actual de incentivos para la cooperación entre ambos poderes ha generado bloqueos que impiden la implementación de políticas públicas. Para lograr una gobernabilidad efectiva, es necesario que las reformas contemplen mecanismos que refuercen las capacidades del Ejecutivo sin socavar la función fiscalizadora del Congreso.
Los partidos políticos, a pesar de la desconfianza que generan, son vitales para la estabilidad democrática. Su fortalecimiento es crucial para canalizar las demandas de la ciudadanía y garantizar una gobernabilidad sólida. Establecer límites a la deserción y aplicar sanciones efectivas para los parlamentarios que abandonen sus partidos son pasos necesarios para prevenir la división interna que debilita al sistema.
Nuestro Estado de derecho se debilita con cada muestra de vulnerabilidad en sus pilares. La credibilidad ciudadana se ve erosionada ante cada revelación que cuestiona nuestra institucionalidad. Chile no puede permitirse más demoras: la reforma política para asegurar estabilidad y gobernabilidad es una urgencia inaplazable. El Presidente tiene la obligación histórica de enmendar los errores de la reforma de 2015 y restablecer una democracia funcional, superando la fragmentación y el estancamiento para garantizar estabilidad y progreso. El tiempo apremia, y lo que está en juego es la supervivencia de nuestra democracia.
*Karin Moore es coordinadora legal de Clapes UC
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