Vivianne Blanlot alerta sobre elevado costo del soterramiento
Vivianne Blanlot ha intervenido en la discusión sobre cómo solucionar las prolongadas y generalizadas interrupciones en el suministro eléctrico. Un debate provocado por el inusual fenómeno meteorológico que afectó a la zona centro-sur. La exministra de Defensa, exsecretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía y actual directora en empresas como Colbún y Antofagasta Minerals, ofrece una crítica tanto a la actuación de las empresas como a la regulación, la cual no ha sido actualizada en cuatro décadas.
“Aquí no se necesitan nuevas leyes, se necesita gestión, y si hay algo que cambiar, que sea alguna norma. Pero no pensemos que esto se solucionará con nuevas leyes, porque no será así. Estaríamos cinco años en discusiones”, comenta sobre cómo empezar a buscar soluciones.
Soluciones alternativas para evitar los cortes de suministro
Ante la opción de promover el soterramiento de cables como la solución definitiva para los cortes de servicio, ya sea por choques de postes, caída de árboles u otros motivos, Blanlot señala su alto costo y su impacto en las tarifas.
“En las grandes ciudades, soterrar el total de las líneas costaría aproximadamente US$40 mil millones. Soterrar una línea es 7 a 10 veces más caro que instalar una aérea. Ese costo se trasladaría a los consumidores, y volveríamos a debatir sobre las tarifas”, comenta Blanlot.
Por ello, enfatiza que “hay soluciones más económicas, más eficientes y menos invasivas para una ciudad, que consisten en un uso intensivo de la mejor tecnología para monitorear adecuadamente los sistemas. No me refiero a la información para el consumidor, sino al monitoreo de la operación.”
Importancia de la tecnología avanzada
¿Esto se relaciona con el uso de medidores inteligentes?
– No necesariamente. Los medidores inteligentes, en el nivel del consumidor individual, principalmente sirven para mediciones más precisas y para que estén en línea con la empresa, reduciendo costos de medición, entre otros beneficios. Sin embargo, existen sistemas de información que pueden proporcionar datos sobre cómo opera el sistema en múltiples puntos, y con inteligencia artificial, esos datos se gestionan de manera instantánea.
¿Cuáles son esos sistemas de información?
– No enumeraré todos los proveedores que los tienen, pero son sistemas con sensores que miden lo que ocurre en diferentes puntos de la red. Estos puntos pueden estar donde se instala un transformador, por ejemplo. Con instalaciones en varios puntos, se puede ver rápidamente dónde se cortó el suministro y cuáles barrios están afectados. No estoy diciendo que las empresas distribuidoras no tengan nada de esto hoy. Pueden tenerlo, pero la forma en que observamos la afectación recientes nos lleva a dudar de la eficiencia del sistema.
Nueva normativa y mejor coordinación
Es necesario revisar esto junto con el regulador, porque cuando el regulador fija tarifas, también debe establecer condiciones coherentes con las exigencias. Eso es fundamental.
¿Cree que la regulación está en deuda?
– El regulador define la empresa modelo, que se supone es una empresa súper eficiente, y con base en sus costos, establece tarifas para las reales. El problema radica en los estándares y criterios que definen esa empresa modelo y si están adaptados a las realidades actuales. Las empresas en mercados competitivos manejan análisis de riesgo y tienen vigilancia rigurosa para situaciones críticas, incluso las altamente improbables.
Hoy día, con el cambio climático, vemos que las precipitaciones son más bruscas y menos frecuentes, y los cambios climáticos son extremos y profundos. Esto representa un gran riesgo. La pregunta es si la empresa modelo está considerando este nivel de riesgo y si exige niveles de preparación para situaciones extremas. Sospecho que no, porque de lo contrario no estaríamos pasando por esto. Tuvimos una situación atípica, ciertamente; en Santiago no habíamos visto vientos de 120 kilómetros por hora, ni en otras regiones. Pero aún así, estar cuatro o cinco días sin energía es difícil de justificar sin la máxima eficiencia.
Evaluación de las respuestas de las empresas
Las empresas cuestionan aspectos de la regulación, como la falta de redundancias, ¿cree que estos aspectos pueden mejorarse?
– Es esencial contar con vías de suministro alternativo en caso de fallas. La pregunta es si las tenemos y si son lo suficientemente resilientes. Este problema no se resuelve con una sola medida; necesita un enfoque integral. Solo hay que observar la maraña de cables en los postes de distribución eléctrica, incluyendo cables de telecomunicaciones que se han ido sumando. Las autoridades deben asegurar que los árboles no sean un peligro para las líneas y esto requiere una actuación sistémica y coordinada entre todas las entidades implicadas, tanto estatales como privadas.
La crítica ha sido dirigida principalmente hacia Enel. ¿Cómo evalúa la respuesta de las empresas?
– Se habla más de una empresa si está en el centro de Santiago, pero la zona centro-sur y sur también presentan el mismo problema. Las áreas más al sur están mejor preparadas para tormentas, dada la frecuente vegetación y las condiciones climáticas. En una ciudad pequeña, es más fácil prever y prevenir. Aquí también se debe entender que no se trata de demonizar a una empresa, sino de reconocer un problema sistémico. Tanto el Estado como las empresas deben trabajar juntos considerando los riesgos actuales y no los de hace 40 años.
¿La reducción en el límite de rentabilidad dictada hace cinco años, puede afectar los tiempos de respuesta de las empresas?
– La rentabilidad debe analizarse en los estados financieros y no solo desde el punto de vista regulatorio. Se trata de empresas con utilidades razonables similar a otras en sectores competitivos. El punto no es la rentabilidad en sí, sino que el regulador no puede eliminar toda la rentabilidad de las empresas, ya que esto las desincentiva a invertir. Es importante mantener una coherencia financiera para que las empresas continúen prestando el servicio adecuadamente.