Videopodcast sobre el incremento de la violencia en Chile
El aumento de los delitos, la violencia y los actos criminales se han convertido en la principal preocupación de los habitantes de Chile, según diversas encuestas, como la reciente encuesta CEP, en la que el 57% de los participantes considera que mejorar la seguridad debe ser la prioridad del gobierno.
¿Cómo ha respondido la sociedad a este fenómeno?, ¿hemos desarrollado una naturaleza violenta o es inherente a la humanidad? Juan Ignacio Rodríguez, filósofo y director de la Escuela de Humanidades de la Facultad de Psicología y Humanidades en la Universidad San Sebastián, ofrece su perspectiva en este episodio de La Jornada Podcast.
Opinión de Juan Ignacio Rodríguez
“¿Cuál es la forma más extrema de violencia? Aquella a la que nos enfrentamos hoy: crímenes espantosos que atentan contra la dignidad humana. Cuando alguien está dispuesto a matar y quemar a otro ser humano, se cruza un límite, pero ¿quién establece ese límite? Este límite es determinado por el valor de la naturaleza humana. Por eso es importante comprender la violencia como una violación de lo natural, porque es natural que un ser humano tenga derecho a vivir y a no ser asesinado de esa manera”, afirma el académico de la USS.
Además de los delitos más graves, existen muchas otras manifestaciones de violencia que afectan la vida cotidiana. Desde la violencia en el hogar hasta los conflictos en el trabajo y la escuela, cada uno de estos actos contribuye a un entorno donde la violencia está cada vez más presente.
Reflexiones sobre la violencia y la libertad humana
De acuerdo con Juan Ignacio Rodríguez, “la violencia no es una característica esencial de la humanidad, sino una manifestación de la libertad humana; pero con una particularidad: la violencia nunca se busca por sí misma, sino como un medio para un fin. ¿Por qué esto es alentador? Porque si la violencia es solo un medio, enfocándonos en los fines que se persiguen erróneamente a través de ella, tal vez podamos revertir esta tendencia”.
Esta reflexión abre una puerta a la esperanza, ya que al entender las razones detrás de la violencia, es posible trabajar en soluciones que aborden las causas de raíz. Esto incluye la educación, la justicia social y la creación de oportunidades para todos.