Muerte de Carabineros en Cañete: Caso Pablo Urquízar
Por Pablo Urquízar M., excoordinador nacional de seguridad de la Macrozona Sur y académico USS
Detenidos en relación con el ataque en Cañete
Recientemente se informó sobre la captura de tres individuos relacionados con la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML) por el asesinato de tres oficiales el pasado 27 de abril en Cañete, junto con un fugitivo y otros sospechosos de interés. Sin duda, este suceso representa el ataque más grave en la historia de la Macrozona Sur y el más cruel contra Carabineros. Por lo tanto, es crucial analizar a fondo las señales de este atroz crimen.
Estos arrestos indican la existencia de una red organizada detrás de estos actos violentos, lo que subraya la necesidad de intervenciones más profundas y coordinadas para abordar la amenaza creciente en la región.
Detalles del ataque
Se sabe públicamente que el ataque fue meticulosamente planificado: los agentes policiales fueron emboscados y ejecutados, sus cuerpos incinerados junto con el vehículo policial varios kilómetros lejos del lugar del asesinato, en la ruta P-72 que conecta Cañete con Tirúa, en el Conor Sur de Arauco.
Este tipo de emboscada es muestra de un alto grado de planificación y una intención clara de desestabilizar la autoridad en la región, causando miedo tanto en las fuerzas del orden como en la población local.
Control territorial y opera RML
Una primera señal es que en esa área, la RML controla el terreno en lugar del Estado. Esta organización radical y terrorista busca la soberanía territorial y tiene una doble faceta de terrorismo y crimen organizado. En segundo lugar, tienen una capacidad organizada para enfrentarse a cualquier adversario. Tercero, cualquier representante del Estado, sea Carabineros, PDI o Fuerzas Armadas, que intente imponer la ley se enfrentará a consecuencias. Y cuarto, cualquier residente, sea mapuche o no, que no se subordine a las reglas de la organización sufrirá represalias. Basta recordar ataques anteriores como el atentado al Molino Grollmus, la destrucción de 31 viviendas en Contulmo o la quema de 35 maquinarias y vehículos en Los Álamos.
Estas señales son indicativas de una región donde la ley y el orden están bajo la constante amenaza de una organización armada que utiliza tanto la violencia como el miedo para mantener su dominio.
El desafío del Estado
Las detenciones recientes son un avance significativo, no obstante, el desafío del Estado radica en avanzar hacia la desarticulación completa de la RML y cualquier otra organización que busque controlar el territorio. Esta es la única manera de proteger los derechos fundamentales de las familias mapuche y no mapuche en la región.
Este esfuerzo necesitará ser continuo y sostenido para lograr una paz duradera y asegurar que la ley y el orden prevalezcan en la zona.