La historia de Superpan, el empresario que venció a DC Comics
Desde pequeño, a Gonzalo Montenegro se le apodaba “Superpan”. Este sobrenombre comenzó cuando tenía diez años y recorría las calles de su vecindario vendiendo pan en un canasto, vistiendo una camiseta de Superman. Al principio, le molestaban los gritos de la gente, pero con el tiempo no solo aceptó el apodo, sino que lo convirtió en su marca distintiva: fundó su panadería y la decoró con elementos relacionados al superhéroe. Su negocio prosperó. Sin embargo, al intentar registrar la marca, recibió varias demandas, incluida una de DC Comics, propietaria de Superman. Como en el siguiente video explica Montenegro, encontró apoyo en Sercotec, quienes le brindaron asesoría en el proceso. La historia concluyó favorablemente para él: ganó la demanda y conservó su nombre comercial.
Gracias a la intervención de Sercotec, Gonzalo obtuvo el respaldo necesario para enfrentar los desafíos legales. Este apoyo fue esencial para que pudiera no solo defender su marca, sino también establecer una base sólida para su empresa. Años después, Superpan es un negocio reconocido en su comunidad y un ejemplo de perseverancia y éxito empresarial.
La importancia de una marca única
La trayectoria de Gonzalo Montenegro es un claro ejemplo del valor de crear una identidad de marca fuerte y distintiva. Junto a Patricio del Sante, Director Creativo de la agencia 10:10, que ha liderado exitosas campañas de marketing como la de “Lepac”, la línea premium de pisco Capel, compartieron sus estrategias para construir una marca exitosa.
Patricio del Sante ha demostrado que una campaña bien elaborada puede transformar la percepción de un producto o servicio. Su colaboración con Gonzalo fue crucial para establecer una estrategia de marketing que resaltara los valores y la esencia de Superpan.
Lecciones aprendidas
La historia de Superpan no solo es inspiradora, sino que ofrece valiosas lecciones para cualquier emprendedor. La primera es la importancia de asesorarse correctamente y contar con el apoyo de instituciones como Sercotec. Además, destaca la necesidad de tener una visión clara y persistente, incluso cuando se enfrentan obstáculos importantes.
Otro aprendizaje fundamental es la relevancia de adaptar y evolucionar la marca según las circunstancias. Gonzalo Montenegro supo integrar su apodo de infancia en su negocio de manera creativa y auténtica, convirtiéndolo en un símbolo de calidad y tradición en su comunidad.