Cuándo se espera la llegada de La Niña en 2024 según la NOAA
Nos encontramos en el primer trimestre con altas probabilidades de recibir a La Niña, de acuerdo a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Este fenómeno, esperado desde hace varios meses, podría tener impactos significativos en las condiciones climáticas.
El cambio climático actual está intensificando eventos climáticos extremos — tales como inundaciones, deslizamientos de tierra, aludes, huracanes y prolongadas sequías — que podrían ser aún más severos con la inminente llegada de La Niña.
Actualizaciones recientes sobre el fenómeno La Niña
Los informes más recientes del organismo estadounidense indican que existe un 70% de posibilidades de que La Niña se desarrolle entre agosto y octubre (la primavera austral).
Si no sucediese en este periodo, existe una probabilidad del 79% de que ocurra a finales de año, entre noviembre y enero.
Aunque agosto ha comenzado, aún no se han cumplido los requisitos necesarios para confirmar la llegada de La Niña. Lo que se conoce hasta ahora sobre este fenómeno alarmante y sus posibles efectos en Chile y globalmente.
Últimas novedades sobre La Niña, según los expertos
El investigador e ingeniero físico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Edgardo Sepúlveda, comenta a La Tercera que para confirmar la presencia de La Niña, la temperatura del Océano Pacífico Ecuatorial debe estar 0.5°C por debajo de la media.
No obstante, la tasa de enfriamiento oceánico aún no ha alcanzado el valor requerido. Por ello, las proyecciones climáticas sugieren que este enfriamiento necesario podría darse durante este trimestre o, en el peor de los casos, a fin de año.
Sepúlveda advierte que el calentamiento global —que está intensificando fenómenos como El Niño o La Niña— podría generar incertidumbre en las predicciones.
“Contamos con una tendencia climática esperada, pero en estas temperaturas nunca antes registradas, estamos prácticamente enfrentando escenarios desconocidos”, comenta el experto, haciendo referencia a los récords de calor de 2023 y la primera mitad de 2024.
El investigador añade que, si bien las estadísticas pueden predecir una tendencia, el detalle de estos eventos meteorológicos es complejo de determinar.
En referencia a Chile, señala que junio fue muy lluvioso, posiblemente debido a rezagos de El Niño, pero julio fue completamente seco, una característica típica de los escenarios de calentamiento global.
Aunque los pronósticos han pospuesto varias veces la llegada de La Niña, Sepúlveda estima que es muy probable que 2025 sea completamente influenciado por La Niña, lo que en Chile podría resultar en acumulados de precipitaciones mucho menores que en 2024.
Pronósticos climáticos para Chile con la llegada de La Niña
Raúl Cordero, climatólogo de la Usach, informa a LT que aunque es probable que La Niña concluya su formación en primavera, “aún existe incertidumbre sobre su intensidad y duración”.
A diferencia de El Niño, que generalmente dura alrededor de 12 meses, La Niña puede persistir hasta tres años.
“Si la próxima La Niña se extiende más de un año, podría reavivar la megasequía en Chile”, advierte Cordero.
La Niña suele estar asociada con un descenso en las temperaturas en la zona central y sur del país, lo que podría moderar las altas temperaturas del próximo verano chileno. Los dos veranos anteriores fueron extremadamente cálidos, por lo que si La Niña se desarrolla pronto, es poco probable que el próximo verano sea igual de caluroso.
El investigador Sepúlveda añade que, aunque no se espera un verano frío, sí se prevé que las olas de calor no sean tan intensas como el verano anterior, cuando El Niño elevaba las temperaturas.
Según Cordero, “al moderar las temperaturas, La Niña podría reducir las condiciones que favorecen la propagación de incendios forestales”. “Quizás la próxima temporada de incendios no sea tan activa como las dos últimas”.
De establecerse La Niña, sus efectos se sentirían al menos un año, lo que implica que durante el próximo invierno en Chile también se podrían observar sus consecuencias.
“El próximo invierno podríamos estar en condiciones completamente de La Niña: menos precipitaciones y temperaturas más bajas, con mínimas muy reducidas”, anticipa Sepúlveda.
El experto señala que lo ocurrido en julio en Chile puede ser un “adelanto” de lo que La Niña podría provocar el próximo año. Tras un lluvioso junio, julio fue “el más seco jamás registrado en la zona central de Chile”.
Con La Niña, Chile usualmente experimenta una tendencia hacia la escasez de precipitaciones.
Posibles efectos intensificados de La Niña
La megasequía, que afecta al país desde hace más de 15 años, se ha visto agravada por los efectos de La Niña en años anteriores. Por ejemplo, la más reciente duró tres años consecutivos: desde 2020 hasta 2023.
La combinación del fenómeno de La Niña con la sequía que ha afectado al país por más de una década ha provocado años extremadamente secos en Chile.