Crisis en Amarillos: renuncias del presidente y secretario general del Biobío después de registrar candidaturas
Candidaturas provocan tensiones en Amarillos por Chile
El registro de candidatos para las elecciones de octubre aún resuena en el ámbito político. En el partido Amarillos por Chile, liderado por el diputado Andrés Jouannet, la situación se volvió insostenible después de que el presidente y el secretario regional del Biobío, Augusto Parra y Ricardo Yaconi, respectivamente, decidieran abandonar el partido en protesta por los resultados de las negociaciones con otros partidos de oposición.
Estos movimientos internos reflejan un desacuerdo profundo con las decisiones tomadas a nivel de alianzas y reparto de candidaturas, lo cual fue el detonante para las recientes dimisiones. La inquietud en los partidos políticos revela la fragilidad de las estrategias internas en la carrera electoral.
Acusaciones de deslealtad y renuncias inesperadas
Mediante una declaración pública que tomó por sorpresa a la directiva regional, el exsecretario general señaló “prácticas desleales de la dirigencia nacional de Amarillos hacia los candidatos de la región, a quienes retiraron de la lista minutos antes de que cerrara el plazo de inscripción el pasado 29 de julio”.
Yaconi, específicamente, responsabilizó a Jouannet y alegó que este “llevó a cabo una gestión oscura al frente del partido”, junto a dirigentes nacionales como Ricardo Brodsky (secretario general) y Eduardo Jara (subsecretario regional). Aseguró que la organización regional se vio perjudicada en beneficio del partido Demócratas. Acusó además que sus candidatos fueron eliminados sin ninguna explicación, a pesar del esfuerzo puesto en conseguirlos.
Una de las candidaturas que fue retirada fue la de Parra, quien pretendía presentarse para la Gobernación Regional del Biobío. Su renuncia a la militancia fue un acto de protesta contra la dirigencia nacional.
Esta situación añade una capa más al descontento interno, evidenciando la falta de consenso y coordinación entre las distintas esferas del partido, especialmente en un momento crucial para definir candidaturas.
Yaconi también manifestó que hubo “una denuncia sobre manipulación de huellas digitales y firmas en una lista encabezada por personas de la gobernación regional del Biobío, con la intención de competir en las elecciones internas del partido. Informamos a Santiago a tiempo pero no se tomaron medidas”.
Estas denuncias sugieren graves irregularidades en el proceso interno del partido, lo cual podría tener implicaciones legales y electorales que impactarían a futuro.
Rescate de los valores fundacionales del partido
En su comunicado, Yaconi expresó su nostalgia por los principios originales que motivaron la fundación del partido, que buscaba diferenciarse de otras fuerzas políticas. Mencionó figuras prominentes como Cristian Warnken, Soledad Alvear, Mariana Aylwin, entre otros, lamentando que ellos no participarían de estas prácticas desleales que critican.
Esta reflexión muestra un choque entre la filosofía fundacional del partido y las prácticas actuales, destacando una crisis de identidad en Amarillos por Chile.
Desde la colectividad, sin embargo, señalan que tanto Parra como Yaconi tenían “agendas personales” y respaldaron la candidatura de Valentina Pavez (UDI) para la alcaldía de Concepción, lo cual pone en duda sus verdaderas motivaciones detrás de las acusaciones de prácticas desleales.
Este comentario intenta deslegitimar las acusaciones de Yaconi y Parra, derivando el foco hacia sus posibles intenciones individuales.
Respuesta de la dirigencia nacional
Jara, quien fue señalado por Yaconi, comentó que “lamento cualquier renuncia al partido (…). Debimos haber tenido un diálogo más directo y no enterarnos por la prensa o a última hora de las renuncias, cuando este proceso no ha concluido. Además, estas renuncias suponen una serie de hechos que no son reales. Faltó tiempo para reflexión y conversación. Estamos dispuestos a las críticas y seguros de haber actuado conforme a los procedimientos legales”.
Jara insta a abordar estas críticas interna y constructivamente, subrayando la necesidad de diálogo para resolver diferencias.
Adelantó también: “Seguramente después de la apelación que estamos llevando a cabo al Servel, las cosas se pondrán en su justa perspectiva y se dará las explicaciones a quien corresponda. Pero prejuzgar o asumir conductas y etiquetarlas de deslealtades no es lo adecuado”.
Esta declaración apunta a tranquilizar las aguas y reintegrar las críticas dentro de un marco procedimental adecuado, dejando abierta una posibilidad de reconciliación y aclaración de responsabilidades.