Análisis de la diversidad económica en el sector de la construcción
Desafío económico en el sector de la edificación
Después de finalizar el primer semestre, el líder de una empresa constructora de residencias afirmó que lo peor de la crisis que afectó su sector ya pasó y que vislumbraba una salida positiva. Sin embargo, al analizar los informes financieros publicados por las empresas del rubro, aún es prematuro afirmar que esta etapa negativa ha concluido, influenciada por la baja demanda, las dificultades crediticias y las altas tasas de interés que provocaron un aumento de la inflación.
La preocupación principal recae en las compañías centradas mayoritariamente en el segmento inmobiliario. En contraste, algunas de las principales constructoras del país también están involucradas en grandes proyectos civiles, lo que les brinda diversificación y mayor estabilidad. El nuevo presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Alfredo Echavarría, señaló la necesidad de enfocarse en los sectores más afectados, como la vivienda privada.
La situación financiera de cada empresa depende de la ponderación de sus áreas de negocio y del grado de diversificación que posean. Esto cobra relevancia en un entorno macroeconómico que aún muestra un bajo dinamismo durante este año. “El crecimiento del PIB impacta significativamente en el sector de construcción en Chile. Aunque se espera una expansión este año, se prevé una evolución gradual de los resultados del sector”, mencionó Paula Acuña, analista senior de la empresa clasificadora de riesgo Humphreys. Por lo tanto, mantener una amplia diversificación de los negocios puede mitigar el riesgo de pérdidas en periodos desfavorables.
La preocupación en el ámbito financiero se concentra en el nivel de endeudamiento de las empresas constructoras. Las empresas que cotizan en bolsa acumulan una deuda financiera de aproximadamente US$2.400 millones, donde cuatro de ellas representan casi el 80%: Socovesa, con US$723 millones; SalfaCorp, con US$470 millones; Paz, con US$422 millones, y Besalco, con US$306 millones. Por ello, algunas compañías han dedicado esfuerzos significativos para reducir su deuda, como Moller & Pérez-Cotapos, que logró disminuirla en un 30%.
Incertidumbre en el sector de la construcción
Aunque sin mostrar signos de alarma, dos empresas enfrentaron resultados complicados en el primer semestre.
Echeverría Izquierdo informó una disminución del 16,2% en sus ingresos, del 17,9% en su Ebitda y del 38,8% en sus utilidades. La empresa, vinculada a los hermanos Fernando y Bernardo Echeverría y a Álvaro Izquierdo, presenta un incremento en la deuda financiera a corto plazo en comparación con el año anterior, alcanzando el 89,2%. A pesar de ello, sus índices de endeudamiento no generan inquietud, con una deuda financiera sobre el patrimonio de 1,2 veces. Los expertos consideran que la capacidad de la empresa para afrontar compromisos financieros está respaldada por la venta de activos líquidos, como viviendas terminadas y terrenos para futuros proyectos.
Ingevec, otra empresa afectada, reportó una reducción del 21,5% en sus ingresos, aunque incrementó levemente su Ebitda y utilidades en un 3,9% y 8,8%, respectivamente. A pesar de ser la empresa constructora con menor endeudamiento, con una deuda financiera neta sobre el patrimonio de 0,8 veces, evidenció un aumento en sus pasivos bancarios a corto plazo. A pesar de ello, los analistas se muestran optimistas, considerando su sólida especialización en edificaciones.
Retos financieros en el sector inmobiliario
Tres empresas enfrentan desafíos financieros más complicados en el sector: Socovesa, Paz y Moller & Pérez-Cotapos.
Socovesa, con un enfoque en viviendas, experimentó una mejora operativa en el primer semestre, con un aumento del 69% en sus ingresos debido a ventas con descuento, aunque triplicó su Ebitda. Sin embargo, debido a la necesidad de reducir deudas, aumentaron sus costos financieros, manteniendo pérdidas. La empresa, controlada por la familia Gras, muestra los ratios de endeudamiento más altos, con una deuda financiera neta de 1,9 veces su patrimonio. En mayo, la agencia ICR señaló cierta incertidumbre en la recuperación financiera de Socovesa, dependiendo de una demanda sostenida y acceso adecuado al financiamiento bancario.
Paz, por su parte, presentó mejoras en sus ingresos y Ebitda, pero sus utilidades disminuyeron a la mitad debido al incremento de los costos financieros. A pesar de mantener altos niveles de apalancamiento, la empresa muestra una perspectiva estable en la nota de solvencia de BBB+. La empresa debe mantener una estrategia conservadora para reducir sus niveles de deuda en el futuro.
Moller & Pérez-Cotapos evidencia una clara preocupación por la deuda. Sin embargo, la empresa ha logrado reducir sus niveles de apalancamiento financiero en un 30%. A pesar de ciertas dificultades en el sector inmobiliario, Moller logró un crecimiento del 7,1% en sus ingresos. La empresa destaca la estabilidad de las tasas de interés hipotecarias como un factor esperanzador para el segundo semestre.