Por qué a los canes disfrutan retozar en desechos
Por qué los canes disfrutan retozar en desechos
Los perros se caracterizan por su cariño y su espíritu travieso. Es común ver cómo se deleitan revolcándose en lugares sucios, llenos de barro y olores desagradables, como si no hubiera algo más divertido que hacer. Después de esta acción, quedan impregnados de un olor que puede resultar repulsivo para los demás.
¿Pero cuál es la razón detrás de este comportamiento?
Estudio revela lo que los perros detestan que les hagan
Simon Gadbois, especialista en comportamiento animal de Canadá, se preguntó sobre esto al observar a su border collie Zyla mostrando un repentino interés por revolcarse en desechos animales. Aunque Zyla estaba entrenada para ayudar en la búsqueda de ejemplares, demostró una debilidad por frotarse en excrementos de castor.
La hipótesis más aceptada sugiere que este comportamiento se remonta a la época en que los perros eran depredadores salvajes, como los lobos. Según Gadbois, este hábito pudo haber tenido un propósito importante en el pasado, fortaleciendo la unión en la manada, aunque con el tiempo esta función se ha diluido y el comportamiento persiste hasta hoy.
Por otro lado, se ha planteado que el revolcarse en desechos podría ser una estrategia de camuflaje olfativo para esconderse de depredadores más grandes, en lugar de ayudar en la caza. Un estudio realizado por el ecólogo Max Allen respalda esta teoría, observando cómo los zorros grises intentaban imitar el olor de los pumas para protegerse de los coyotes.
Otra posibilidad es que este hábito tenga un fin social, como compartir información con el grupo. En una investigación con hienas cautivas, se observó que los individuos con olor a carroña recibían más atención por parte de los demás miembros. De esta forma, el revolcarse en sustancias malolientes podría fortalecer los lazos dentro de la manada.
Roberto Cazzolla Gatti, biólogo italiano, sugiere que el revolcarse en desechos podría tener un elemento de “espejo olfativo”, permitiendo a los animales reconocerse entre sí mediante los aromas que dejan a su paso. Este comportamiento cumpliría funciones importantes como la identidad y la sociabilidad en la manada.
Por último, Michael Fox plantea la hipótesis de que los perros disfrutan revolcándose en diferentes olores como una forma de estimulación placentera, aunque estos aromas sean desagradables para los humanos.
En conclusión, el hábito de los perros de revolcarse en desechos puede tener múltiples motivaciones, desde herencias de su pasado como depredadores hasta estrategias sociales para fortalecer los lazos en la manada.