La formación previa al grupo Los Prisioneros

Historias del pasado pueden quedar plasmadas en objetos físicos como estatuas, obeliscos o placas conmemorativas. Un día como el 9 de septiembre, el Liceo Andrés Bello decidió rendir homenaje a Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, tres de sus antiguos alumnos más destacados. Estos jóvenes conformarían el conocido grupo Los Prisioneros.

En este sentido, una placa conmemorativa en el Liceo Andrés Bello celebra la importancia de Los Prisioneros en la historia musical, recordando sus inicios en esa institución.

En aquella época, la relación de Narea con Tapia no era la mejor, con anécdotas de empujones y desencuentros, principalmente debido a gustos musicales opuestos. Sin embargo, la convergencia musical se dio cuando Narea y González descubrieron su pasión compartida por cierto cuarteto inglés, The Clash. Este nuevo interés musical permitió un acercamiento entre ellos.

El inicio de una amistad musical

Poco a poco, Jorge y Miguel comenzaron a componer juntos, inspirados por la colaboración artística de Lennon y McCartney. Esta nueva dinámica musical los llevó a formar un dúo creativo con roles definidos: Miguel en las letras y Jorge en la música. Así surgieron Los Vinchukas, un paso más formal en su camino musical.

La incorporación de Álvaro Beltrán, proveniente de Los Pseudopillos, fortaleció la formación musical de Los Prisioneros. Con instrumentos más profesionales y una nueva dinámica de trabajo, el grupo empezó a consolidarse. Su primer concierto como Los Prisioneros tuvo lugar en agosto de 1982 en el Liceo Andrés Bello.

A pesar de algunos desacuerdos iniciales que casi rompen el grupo, la pasión por la música y la amistad lograron prevalecer. Tras algunos cambios y reencuentros, Los Prisioneros debutaron oficialmente el 1 de julio de 1983, marcando así el inicio de su carrera musical.

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