¿Hay posibilidad de realizar viajes temporales? ¡Sí, es posible!
Explorando la posibilidad de viajar en el tiempo
Desde tiempos inmemoriales, el anhelo de desplazarnos a través del tiempo ha sido parte de la imaginación colectiva. Aunque solemos bromear sobre ajustes horarios al viajar a destinos lejanos, la realidad es que no hay sorpresas anticipadas cruzando el meridiano de Greenwich que nos permitan alterar eventos.
En el ámbito artístico, vemos representaciones fascinantes de viajes temporales que nos invitan a reflexionar sobre sus posibles implicaciones.
Autores como Isaac Asimov con su novela “El fin de la eternidad” o películas como la saga “Volver al futuro” nos llevan a cuestionar nuestro control sobre el tiempo y el futuro que aún no visualizamos. Otras obras como “Terminator”, “12 monos” y “El efecto mariposa” exploran la influencia de pequeños sucesos en múltiples destinos.
Las vivencias pasadas como ventanas al tiempo
Cultura, memoria, y temporalidad se entrelazan en la idea de viajar al pasado. Nuestra mente guarda recuerdos de forma intrincada, permitiéndonos revivir experiencias pasadas con una carga emocional característica. Esta capacidad, evidencia Endel Tulving, nos sitúa en un constante viaje mental en el tiempo, donde pasado y futuro se entrelazan en nuestra conciencia cotidiana.
A través del viaje mental en el tiempo, somos capaces de proyectar respuestas ante los desafíos futuros gracias a la flexibilidad que nos otorga. Es en este aquí y ahora, donde el pasado y el futuro confluyen, permitiéndonos tomar decisiones de manera más consciente y preparada.
Recorriendo otros caminos
Los desafíos de viajar en la mente
Cabe destacar que, si bien el poder de viajar en el tiempo a través de nuestra mente es enriquecedor, también puede verse afectado por procesos neurodegenerativos o desequilibrios mentales que limitan nuestra capacidad de orientación temporal. Trastornos como la depresión o el estrés pueden trabar nuestras posibilidades de imaginación y creación futura, atándonos al pasado o a un presente estático.
Es esencial cuidar nuestra capacidad de viaje mental en el tiempo mediante prácticas diarias que fortalezcan este valioso recurso, promoviendo así nuestro bienestar presente y futuro.
Expansión temporal y aprendizajes vitales
Ampliar nuestra perspectiva temporal implica explorar quiénes fuimos en el pasado, quiénes seremos en el futuro y valorar la diversidad de experiencias que conforman nuestra existencia. Esta apertura a conversaciones intergeneracionales y al conocimiento colectivo fortalece nuestra capacidad de tomar decisiones informadas y de enriquecer nuestro viaje en este planeta.
Parafraseando a John Connor, en “Terminator 2”, recordamos que el futuro no está predestinado, sino que es moldeado por nuestras acciones presentes.
*Alemka es Doctora en Psicología, Investigadora CEPPS-UDP y MIDAP, y Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Diego Portales.