Descubre la última producción musical de David Gilmour “Luck and Strange
Explora la más reciente creación musical de David Gilmour “Luck and Strange”
David Gilmour se encuentra en un estado de felicidad. Al ser cuestionado por su reciente trabajo discográfico, Luck and Strange, su quinto álbum de estudio, no duda en afirmar: “Este es el trabajo más destacado que he realizado desde The Dark Side of the Moon”. Tras la publicación de The endless river (2014) como el último álbum acreditado a Pink Floyd, y su disco en solitario Rattle That Lock (2015), el guitarrista había centrado su actividad en presentaciones en vivo (incluyendo una visita a Chile en 2015), tanto interpretando su material como homenajeando a su banda madre con una reedición del icónico concierto en Pompeya en 2017.
La inquietud por componer seguía presente, y en abril de este año anunció la salida de su nuevo álbum, del que presentó un sencillo, The Piper’s Call. Se trata de una balada con abundante presencia de guitarra, en el estilo blues que lo caracteriza y que tanto eco tuvo en Pink Floyd. El tema guarda similitudes con Wish you were here. En sus letras, reflexiona sobre la vida desde una perspectiva retrospectiva, como un ancestro brindando consejos: “Todas las cosas que no necesitas / te serán vendidas”, y en su estribillo expresa: “La promesa de la eterna juventud / la riqueza de la fama / una actitud ‘carpe diem'”. Nada sorprendente si se considera la edad de 78 años del músico.
Las composiciones son frescas y evocan claramente el estilo característico de Pink Floyd, razón por la cual Gilmour se atreve a afirmar: “Han pasado más de 50 años desde The Dark Side of the Moon. Siento que este álbum es el más destacado que he creado en todos estos años desde 1973, año de la publicación de The Dark Side of the Moon”, mencionó en la citada revista. Tan seguro está de ello que ya planea volver rápidamente al estudio para un nuevo proyecto. “Nuestro plan es lanzar este álbum, presentarlo en vivo y luego iniciar otro de inmediato. Volveré a colaborar con todo este equipo. En ocasiones anteriores, he sentido la necesidad de entrar al estudio con ciertas personas y simplemente experimentar, sin saber exactamente quiénes deben ser esas personas”, expresó en la misma entrevista haciendo alusión al grupo de músicos que lo acompañan, liderados por el productor Charlie Andrew. Incluso, sus hijos Romany y Gabriel también participan: la primera toca el arpa y canta en Between two points, mientras que el segundo aporta coros vocales en toda la producción.
Las letras del álbum fueron escritas por la periodista y escritora Polly Samson, quien es la esposa de Gilmour. En cierto modo, podría considerarse un disco familiar. En una conversación recogida por Infobae, el guitarrista no muestra ninguna reserva al respecto: “Colaboramos en todo. Colaboro con ella en investigaciones cuando escribe algún libro. Creo que sus letras son brillantes y especialmente en este álbum, al combinarlas con la música, hemos logrado crear algo muy emocionante y satisfactorio”, aseguró.
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Evidentemente, toda entrevista con David Gilmour debe contemplar la sombra de Pink Floyd, una presencia que le acompañará hasta el final de sus días. Pese a todo, el guitarrista confiesa que aún disfruta interpretar esas canciones en vivo. “Adoro esas canciones. No me avergüenza nuestra trayectoria. Hicimos cosas grandiosas. ¿Cómo no amarlo? Pero no las prefiero sobre las canciones de este álbum que estoy creando ahora, o algunas de mis canciones en solitario. Me gustan tanto algunas de las últimas canciones de Pink Floyd como algunas de las primeras”, afirmó.
“He interpretado canciones de Pink Floyd desde 1969 hasta 1994 y algunas de mi carrera solista. Las estoy direccionando hacia un contexto que se alinea con lo que estoy haciendo ahora. No son muchas, pero he cambiado un poco de opinión. En un momento aseguré que no interpretaría ninguna, pero obviamente estaba un poco malhumorado esa mañana”, añadió.
Incluso, al enfrentarse a la vejez, ha contemplado la posibilidad de vender las grabaciones originales de sus producciones, incluyendo las de Pink Floyd. Es decir, vender su catálogo, un camino que ya han tomado otros músicos como Bob Dylan. “La razón por la cual deseo hacerlo es que no quiero cargar a mis hijos con todo ese legado. También estoy cansado de la responsabilidad que implica administrar este legado durante los últimos 40 años, con las continuas discusiones que ello conlleva. Lo único que quiero es liberarme de ello”, explicó.
También se le consultó sobre la idea de que en el futuro, alguien “reviva” a Pink Floyd con hologramas e Inteligencia Artificial. Su respuesta fue más bien pragmática: “Estaré muerto. ¿A quién le importa lo que hagan los demás?”. Ha decidido no complicarse más con esas cuestiones.