Columna de pablo ortúzar: lo que omiten los expertos en sociología
Columna de Pablo Ortúzar: Lo que omiten los expertos en sociología
La sociología se encarga de interpretar las descripciones que la sociedad misma emite desde las ciencias sociales y las humanidades. Su utilidad radica en la complejidad de las sociedades modernas, las cuales requieren niveles más avanzados de reflexión para poder procesar y gestionar esa misma complejidad de manera efectiva. Para lograr esto, resulta crucial contar con dispositivos sociológicos que permitan a la sociedad observarse a sí misma. En este contexto, la sociología se convierte en una herramienta de control social: comprender la sociedad posibilita intervenirla y guiarla. Además, posee un potencial crítico, ya que al analizarse, la sociedad también puede generar interrogantes y estrategias para su transformación. Estos aspectos suelen estar interrelacionados, ya que dirigir implica encaminar la transformación hacia estructuras organizativas más deseables.
El enfoque sociológico busca responder interrogantes de investigación a través de la identificación de hechos sociales que posteriormente requieren ser explicados. Aunque es difícil lograr observaciones completamente neutrales, es posible minimizar los juicios y prejuicios presentes. El valor de identificar estos hechos radica en la posibilidad de debatir abiertamente sobre su interpretación, usualmente involucrando a la opinión pública.
En los últimos cinco años, la sociología chilena ha experimentado una montaña rusa emocional. La mayoría de los sociólogos profesan ideologías de izquierda, pues el propósito de racionalizar el orden social a través de la reflexión sociológica se alinea particularmente con corrientes racionalistas vinculadas a la izquierda política y a las clases instruidas. El estallido social de 2019 parecía confirmar sus perspectivas acerca de la inminente crisis del orden neoliberal. Se sintieron validados al ver que “habían previsto esto”. Sin embargo, el 4 de septiembre de 2022 puso en entredicho sus convicciones y predicciones iniciales.
En la actualidad, los sociólogos chilenos buscan deshacerse de las dudas generadas por el 4S de diversas maneras. Una de ellas consiste en cambiar de tema, centrándose en la “ultra” o “extrema” derecha, temas en boga en Europa y EE.UU. pero cuya relevancia se complejiza al considerar la presencia de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua en el contexto americano.
El desarrollo de la historia a continuación
Otra estrategia proviene del profesor Alfredo Joignant (COES), quien intenta reivindicar la “auténtica academia” en contraposición al ensayismo político, argumentando que la primera no se dejó llevar por el populismo durante el estallido. Aunque tiene sentido defender la objetividad en la observación del orden social, pertenecer a la comunidad académica que se cita mutuamente en artículos indexados no garantiza dicha objetividad. De hecho, un análisis de las opiniones de la élite sociológica durante el estallido y la pandemia no las sitúa en una posición más favorable, en promedio, que la de los ensayistas. Incluso, visiones como las de Kathya Araujo o Lucy Oporto, fuertemente cuestionadas por Joignant, fueron de las más apreciadas durante la crisis por aquellos que buscaban comprender lo que sucedía. De ahí que se perciba cierto espíritu corporativista en el enfoque académico de Joignant: parece estar más preocupado por la imagen que por la verdad.
Por último, una tercera vía de exorcismo proviene del PNUD. Su último informe busca recuperar el control de la narrativa política culpando a la sociedad por rechazar el proyecto constitucional de la Convención. Los sociólogos podrían haber estado en lo correcto al anticipar los eventos, pero a los ciudadanos chilenos les resulta difícil adaptarse al cambio. Ahora, la discusión se centra en entender las razones detrás de esa resistencia patológica (“fuimos demasiado rápidos”, como mencionó el Presidente Boric). Esta narrativa se presenta como una interpretación de datos interesantes, tanto presentes como ausentes, que sin duda abren la puerta a debates más extensos y, de ser posible, constructivos.
Estas diferentes estrategias para hacer frente al 4S eventualmente conducirán a una reflexión más profunda sobre la sociología chilena. Este resultado es positivo, ya que identificar los prejuicios de los observadores sociales contribuye a mejorar su capacidad reflexiva. Dado que el Estado chileno invierte considerables recursos en áreas académicas relacionadas con estas cuestiones, se presenta una oportunidad para optimizar el retorno de dicha inversión, algo que, según el PNUD, es un anhelo de los contribuyentes que desean cambios incrementales y efectivos.