Distribución regional de empresas energéticas

Se acerca una semana desde que un sistema frontal con ráfagas de viento de al menos 100 km/h causó interrupciones en el suministro eléctrico en diversas regiones. Este fenómeno derribó árboles, tendidos eléctricos y arrancó techos de algunas viviendas.

La infraestructura de las distribuidoras de energía sufrió daños considerables, y a la fecha, no todos han sido reparados, dejando a miles de personas sin electricidad. Inicialmente, los afectados eran 500 mil, pero el último informe de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) indica que ahora son 101 mil. De estos, 58 mil se encuentran en la región Metropolitana.

Las críticas por la lentitud en la reposición del servicio se centran en las compañías distribuidoras, en particular, la Compañía General de Electricidad (CGE) y Enel en la capital.

Las autoridades locales señalan que las empresas no estaban preparadas para hacer frente a las consecuencias de estas lluvias, a pesar de haber ocurrido un evento similar en mayo. Enel, en particular, fue multada anteriormente por mantener a los clientes sin luz hasta por tres días, un tiempo superado ampliamente en esta ocasión.

Ante la persistencia de los problemas con el suministro, el Gobierno ha comenzado el proceso para revocar la concesión a Enel, que registra el mayor número de afectados. Se ha confirmado que habrá sanciones debido a “graves e inexplicables incumplimientos por parte de las empresas”.

En Valparaíso, las afectaciones son menores, con 773 clientes sin electricidad. En esta zona, las empresas distribuidoras son Compañía Eléctrica del Litoral y Chilquinta.

Además de los esfuerzos de recuperación actuales, se está estudiando la implementación de infraestructuras más resilientes para evitar futuros inconvenientes de esta magnitud.

Enel suministra energía a 33 comunas de la RM, incluyendo las más afectadas: Lampa (14.646), Colina (6.145) y Pudahuel (5.287). CGE abastece la zona sur de la capital y algunas comunas de las regiones de La Araucanía, Biobío, Maule, Ñuble y Coquimbo. La Empresa Eléctrica Puente Alto (EEPA) opera en una zona delimitada de Puente Alto.

Estos cortes prolongados han generado un debate sobre la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica en regiones densamente pobladas y si se necesitan regulaciones más estrictas.

En O’Higgins hay 6.908 clientes sin electricidad, y la empresa distribuidora es CGE.

Las comunidades locales han propuesto establecer fondos de emergencia para abordar rápidamente futuras interrupciones en el servicio eléctrico.

CGE también distribuye energía en la región del Maule, y el último informe de la SEC señala que el suministro ya ha sido restablecido completamente.

A pesar de la restitución de servicios, se están efectuando auditorías para determinar la causa y prevenir futuros cortes.

En Ñuble, 279 hogares siguen sin electricidad y las compañías operativas son CGE y Grupo Saesa.

Programas de mantenimiento preventivo están siendo considerados para asegurar la resiliencia de la red eléctrica en esta región.

En la región del Biobío, 6.410 clientes siguen sin suministro eléctrico. Las principales distribuidoras son Frontel, CGE y Chilquinta.

La implementación de tecnologías de monitoreo en tiempo real podría mejorar la capacidad de respuesta ante futuras contingencias.

En La Araucanía, 13.577 hogares están afectados, concentrándose en las comunas de Vilcún (1.948), Freire (1.468) y Loncoche (1.280). CGE y Frontel son las compañías distribuidoras en esta región.

Las autoridades locales están considerando fortalecer las redes de comunicación con las distribuidoras para mejorar la coordinación en situaciones de emergencia.

En Los Ríos, 13.765 clientes permanecen sin luz, y las empresas operativas son CGE y el Grupo Saesa.

Se está evaluando la posibilidad de subvencionar sistemas de energía alternativa para disminuir la dependencia de la red principal.

En Los Lagos, 928 hogares no tienen electricidad, y las empresas que operan son CGE y Grupo Saesa.

Además de los esfuerzos de recuperación, se planea la instalación de estaciones de energía de respaldo para minimizar impactos futuros.