La trayectoria de las mujeres de Chile en la historia de los Juegos Olímpicos

La trayectoria de las mujeres de Chile en la historia de los Juegos Olímpicos

En los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Raquel Martínez hizo historia al ser la primera mujer chilena en participar en este evento mundial, un espacio hasta entonces exclusivo para los hombres en la delegación chilena. Participó en los 100 metros planos, y aunque terminó en última posición, el resultado deportivo fue secundario frente al hecho histórico de su participación. Originaria de Constitución, no solo fue la primera chilena en competir, sino también la primera sudamericana.

En los 88 años que han pasado desde entonces, muchas mujeres chilenas han seguido abriendo camino. Este domingo, Francisca Crovetto se convirtió en la primera chilena en ganar el oro olímpico. Entre los hitos de estos años, Betty Kretschmer, Annegret Weller, Adriana Millard y Marion Huber compitieron en atletismo en los Juegos de Londres 1948, participando tanto en relevos como en categorías individuales. Millard compitió también en Helsinki 1952. Hasta la fecha, 129 mujeres han representado a Chile en los Juegos Olímpicos.

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La proeza de Marlene

Marlene Ahrens Ostertag, nacida en Concepción en 1933, mostró desde joven habilidades para el deporte. A la edad de 23 años, fue la abanderada de Chile en Melbourne 1956. Antes de dedicarse al lanzamiento de jabalina, participó en gimnasia, voleibol y hockey. De manera casi fortuita, se especializó en lanzamiento de jabalina debido a una sugerencia de su prometido mientras lanzaba piedras en la playa. Debutó en el Campeonato Sudamericano en 1954, solo dos años antes de su gran proeza.

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En los Juegos Olímpicos de Australia, Ahrens lanzó la jabalina a 50.38 metros, logrando una medalla de plata y siendo superada únicamente por la soviética Inese Jaunzeme. Este logro dejó una profunda impresión en la sociedad chilena de la época, lo cual quedó reflejado en la revista Estadio.

Además del éxito en Melbourne, Ahrens fue abanderada en Roma 1960, aunque no pudo repetir su hazaña. Su carrera deportiva sufrió un revés significativo cuando fue suspendida por el Comité Olímpico de Chile tras presentar una denuncia por acoso sexual en 1964. Falleció en 2020, y su legado fue recordado por Francisca Crovetto, la segunda chilena en subir al podio olímpico, quien la describió como una fuente de inspiración y ejemplo de calidad humana.

Hasta el oro de Pancha

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Después de 1960, pasaron más de diez años antes de que otra mujer chilena compitiera en los Juegos Olímpicos. En Múnich 1972, Rosa Molina participó en el lanzamiento de peso, y Bárbara Barone compitió en equitación, aunque ninguna logró avanzar. No fue hasta Los Ángeles 1984 cuando Alejandra Ramos y Mónica Regonesi representaron a Chile en atletismo.

En Barcelona 1992, Marissa Maurin, Sofija Tepes y Paulina Sepúlveda participaron en vela, tenis de mesa y tenis, respectivamente. Tepes volvió a competir en Atlanta 1996, acompañada por Berta Rodríguez. Ese año también fue el debut olímpico de Érika Olivera, maratonista que compitió en Sídney 2000, Atenas 2004 y Londres 2012.

El siglo XXI vio un aumento significativo en la participación femenina chilena en los Juegos Olímpicos. En Atenas 2004, Kristel Köbrich fue la abanderada y compitió en cinco olimpiadas consecutivas hasta 2024. Natalia Duco y Bárbara Riveros también destacaron en los Juegos de 2008, 2012, 2016 y 2020.

El equipo femenino chileno alcanzó una presencia histórica en Tokio 2020 con 38 mujeres, en gran parte gracias a la selección femenina de fútbol. En París 2024, con 18 representantes femeninas, se destaca Tania Zeng, la atleta más longeva en representar a Chile en unos Juegos Olímpicos con 58 años.

El 4 de agosto de 2024, Francisca Crovetto ganó el oro en tiro skeet, realizando uno de los mayores logros en la historia del deporte chileno. Persistente en sus sueños, Crovetto demostró que con dedicación, es posible alcanzar cualquier meta, motivando a futuras generaciones a seguir sus pasos.

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