La polémica de la boxeadora intersexual en los Juegos Olímpicos de París 2024
La polémica más grande en París 2024
En los Juegos Olímpicos de París 2024, una de las mayores controversias ha surgido. El enfrentamiento entre la italiana Angela Carini y la boxeadora argelina Imane Khelif generó un gran debate. Khelif, quien derrotó a Carini en tan solo 47 segundos, fue objeto de cuestionamientos sobre su género.
De manera inesperada, la atleta africana se convirtió en el centro de atención debido a su nivel de testosterona superior al promedio femenino y la presencia de cromosomas XY, característicos del sexo masculino, en lugar de los XX, propios del femenino.
Detrás de la polémica
Khelif llegó a los Juegos Olímpicos tras haber sido descalificada en el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino Amateur por no cumplir con las pruebas de género. Situación similar vivió la exbicampeona mundial Lin Yu-ting de Taiwán. Sin embargo, la decisión del COI les permitió participar en los Juegos Olímpicos, a diferencia del criterio de la Asociación Internacional de Boxeo.
“Para los organizadores de los Juegos Olímpicos de París, la designación femenina es determinante para los pasaportes de los atletas después de las descalificaciones de los campeones mundiales. Dos boxeadoras cumplen con las normativas olímpicas tras pasar por pruebas de género en campeonatos mundiales”, señaló el COI.
Examinar bajo la lupa
El debate sobre el género de Khelif se viralizó. Diversas figuras del deporte y la política expresaron sus críticas. En redes sociales, muchos comentaban de forma errónea que Khelif era una atleta transexual.
Por ejemplo, Eugenia Roccella, ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades de Italia, mostró su “gran preocupación” por la participación de “dos hombres que se identifican como mujeres” en la competición, deportes excluidos en competiciones anteriores.
Reflexiones tras el combate
Muchos asumieron que el llanto de Carini se debía a la frustración, pero ella explicó que era un momento emotivo recordando a su padre. “Me retiré por un intenso dolor en la nariz y me arrodillé y lloré solo pensando en mi padre fallecido”, comentó.
“Él es mi padre -dijo levantando su celular- Siempre me hablaba del ‘último kilómetro’. Hice ese último kilómetro. Un día antes de Tokio, cuando me sentía cansada, comenté con él: ‘Papá, estoy agotada, pero no me rendiré’. Y él me inspiró a continuar con más fuerza. Así que luché hasta el final”, añadió tras la pelea.
Decisiones y reglamentaciones
Carini evitó juzgar la participación de Khelif, pero destacó la dureza del combate. “No soy quién para juzgar; si ella está aquí, debe haber una razón. Luché a pesar de todas las polémicas. Sentí golpes potentes y no me detuve, salvo por mi familia. ¿Fue un combate desigual? No soy quién para juzgarlo”, expresó.
Las decisiones sobre si las condiciones biológicas influyen en la competición están en manos de las autoridades deportivas. Científicamente, se ha establecido que la fuerza de un golpe de alguien con pubertad masculina es un 162% mayor que el de una mujer, lo que complica la inclusión de atletas transgénero.
Actualizaciones en reglas deportivas
Después de Tokio 2020, entidades deportivas como la Asociación Mundial de Atletismo y la Unión Ciclista Internacional han revisado sus reglas de género, prohibiendo la participación de atletas que hayan pasado por la pubertad masculina en eventos femeninos.
El camino de Khelif
Imane Khelif, de 25 años, ha enfrentado múltiples cuestionamientos sobre su género a lo largo de su carrera. No obstante, ella es una mujer cisgénero intersexual y no una mujer transgénero.
“Me acosaban por mi apariencia, pero resistí y seguí adelante”, declaró al medio argelino Koora. “Participé en varios torneos sin problemas, pero cuando mis posibilidades de ganar aumentaron, comenzaron a justificarse diciendo que mis niveles eran superiores a los de las demás competidoras”, añadió.
Casos similares
El caso de Khelif recuerda al de Caster Semenya, quien también posee cromosomas XY pero es reconocida como mujer. La sudafricana sigue luchando en los tribunales por sus medallas mundiales y olímpicas en los 800 metros. Semenya presentó su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en mayo, y aún se espera una resolución.
Khelif comenzó en el boxeo a los 16 años, tras descubrir sus habilidades al enfrentarse con chicos de su edad. Aunque tenía afición por el fútbol, en Argelia no es aceptado que las mujeres jueguen dicho deporte. Además, la transición de género es ilegal en su país, lo que impide promover o apoyar a atletas transgénero.
La posición del Comité Olímpico Argelino
“Ataques y difamaciones sin ética contra nuestra estimada atleta Imane Khelif, con propaganda infundada por ciertos medios extranjeros”, expresó el Comité Olímpico Argelino en defensa de la deportista.
Originaria de Tiaret, Khelif actualmente compite en la categoría wélter (hasta 69 kilos), aunque ha competido en otras divisiones. Sin éxito en los mundiales de 2018 y 2019, logró importantes victorias en los Juegos del Mediterráneo y el Campeonato de África, consolidándose como subcampeona mundial amateur.
Cuestionamientos y logros
Los cuestionamientos se intensificaron en el Mundial 2023 en India, donde Khelif fue descalificada antes de la final debido a un test hormonal que reveló sus niveles de testosterona.
Este jueves, Khelif ganó su primera pelea en París 2024, aunque ya había competido en Tokio 2020 sin tanta repercusión mediática. En Tokio, perdió en los cuartos de final contra Kellie Harrington, quien luego se coronó campeona olímpica.