Razones por las que la prosperidad lleva a la infelicidad en noruega
Noruega es uno de los países más adinerados del planeta, y su economía robusta permite que sus ingresos superen sus gastos, algo raro entre la mayoría de las naciones.
Entre las ventajas que disfrutan sus ciudadanos, en comparación con otras naciones similares, están las jornadas laborales más cortas y derechos laborales más avanzados.
Además, la calidad de vida en Noruega destaca significativamente. El país ha sido reconocido año tras año como uno de los más felices del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad.
En 2024, alcanzó el séptimo puesto en la lista, mientras que otros países nórdicos también obtuvieron buenos resultados. Finlandia está en primer lugar, Dinamarca en el segundo, Islandia en el tercero y Suecia en el cuarto, citando a CNN.
La Paradoja de la Felicidad en Noruega
La riqueza de Noruega, con una población de alrededor de 5,5 millones de personas, se sustenta principalmente en sus recursos de petróleo y gas.
Sin embargo, a pesar de todos estos aspectos positivos, algunos estudios locales han observado una creciente sensación de culpa entre los ciudadanos en los últimos años.
Elisabeth Oxfeldt, académica de literatura escandinava en la Universidad de Oslo, ha definido este fenómeno como “Scan guilt”.
Este término, que podría traducirse como “culpa escandinava”, refleja una narrativa de culpabilidad respecto a sus vidas privilegiadas en un mundo donde muchas otras personas sufren, según explicó a la BBC.
¿Qué es la “Scan Guilt” y cómo se manifiesta en Noruega?
Elisabeth Oxfeldt ha analizado una variedad de libros, películas y series escandinavas contemporáneas.
A través de su análisis, ha observado que el contraste entre una vida feliz y privilegiada y “el otro” que sufre, genera sentimientos de culpa, ansiedad, incomodidad o vergüenza.
Aunque reconoció que no es un sentimiento generalizado entre toda la población, sí afecta a “muchos” y se manifiesta de manera visible.
Por ejemplo, mencionó dos producciones noruegas.
Una de ellas presenta historias de personas privilegiadas que dependen de trabajadores inmigrantes que viven en sus sótanos.
Otra muestra a mujeres luchando por la igualdad de género en el trabajo, mientras emplean a trabajadoras domésticas de países menos desarrollados a quienes pagan salarios bajos.
Impacto del Sentimiento de Culpa en Noruega
Según Oxfeldt, estas narrativas reflejan esos sentimientos de culpa.
Pero su teoría no se basa únicamente en la literatura y el audiovisual. También hay organizaciones que han criticado fuertemente las fuentes de ingresos de Noruega.
Uno de los puntos frecuentes de crítica es la cadena de la industria pesquera del país, que es muy importante en Europa.
En este contexto, el grupo ambientalista Feedback Global ha acusado a la industria del salmón noruego de contribuir a la pérdida de medios de vida y desnutrición en África occidental, creando un “nuevo tipo de colonialismo alimentario”.
Ante estas críticas, el gobierno noruego ha respondido que su meta es “garantizar alimentos sostenibles” y que están trabajando para “aumentar el uso de materias primas locales y sostenibles” como parte de su plan para una economía verde.
Sin embargo, la industria pesquera no es la única en la mira de los activistas.
También hay críticas hacia las perforaciones para extraer petróleo y gas, que son fundamentales para la economía de Noruega.
Børre Tosterud, inversor y hotelero jubilado, comentó a la BBC que el país depende “completamente” de los ingresos del petróleo, lo cual no es “sostenible” a largo plazo.
Noruega descubrió estas fuentes de ingresos a finales de los años 60, y han sido cruciales para el crecimiento económico del país desde entonces.
Sus ganancias por exportaciones crecieron aún más desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Este hecho ha llevado a algunos críticos a sugerir que Noruega se ha beneficiado indirectamente de la guerra, y que su ayuda a las víctimas ha sido insuficiente.
El primer ministro Jonas Gahr Støre, en el cargo desde 2021, rechazó estas críticas, destacando que Noruega ha abastecido a Europa en momentos de crisis y ha apoyado económicamente a Ucrania de manera continua.
Oxfeldt añadió que Noruega es uno de los principales donantes de ayuda humanitaria en el mundo.
“Son generosos contribuyentes a causas nobles,” subrayó.
A pesar de las fortalezas económicas de Noruega, esta percepción no parece ser compartida por muchos de sus ciudadanos, según el economista Jan Ludvig Andreassen del Eika Group, una alianza de bancos independientes.
Andreassen argumentó que, aunque Noruega hace donaciones significativas, estas son “insignificantes en relación con los ingresos adicionales generados por la guerra” en Ucrania.
No obstante, a diferencia de Oxfeldt, Andreassen no observa una fuerte tendencia de sentimientos de culpa entre la población, excepto en ciertos “círculos como el movimiento ecologista.”